Entre los estilismos resaltamos el de la mujer de David Bustamante, Paula Echevarría. Hemos de decir que ninguna de las asistentes nos ha enamorado en lo que a elegancia se refiere pero Paula fue, de todas, la mejor vestida.
Nos gustó bastante su vestido sin mangas, estampado en tonos verdes y fondo negro. Alegre a la vez que sencillo y coqueto.
En segundo lugar, nos dejó bastante buen sabor de boca Blanca Suárez, sencilla pero correcta con una blusa blanca y unos pantalones amarillos con bordados. Sencillo sin ser soso, y elegante sin ser recargado. Bien.
Ninguna de las demás nos ha gustado, y a continuación analizaremos el porqué:
Ana de Armas fue con un ajustado vestido de manguita corta, cuyo troquelado nos parece más apropiado para una mujer más mayor, así como los colores del estampado, rojo, negro y azul. Sin embargo, consideramos un acierto el largo del vestido.
Kira Miró eligió un modelo de profesora de los años 30 de color blanco con dibujitos morados, manga corta y cuello bebé. Nos gusta para salir de calle pero no para este acto. Además, si eliges un vestido con este aire retro, los zapatazos de plataforma no le pegan demasiado.
Laura Hayden fue una de las muchas que se pasó de corto. El vestidito, de color rojo y con la parte de la falda en cuero, hubiera ganado muchos puntos tan solo si tuviera un palmo más de largo, a pesar de que, aún así, lo vemos un poco soso para una chica joven.
Pero para corto corto, el vestidito de Lucía Ramos, blanco, con escote redondo y súper ajustado, además. Nos parece vulgar y más apropiado para ir a la playa.
Natalia Verbeke no fue nada favorecida con su vestido color nude, tono que no le sentaba bien a su piel, ya pálida. Además, ese color tan apagado mata al diseño, plisado, con pedrería en los hombros y cuello de raso, que tampoco está tan mal. Creemos firmemente que en otro tono más vivo como un rojo, el traje ganaría mucho. Eso sí, ese cinturón tipo cuerda fuera, por favor.
Carla Nieto, una más con escote cerrado y vestido cortito, optó por el color pistacho en un vestido que vemos soso, en la línea de la mayoría.
Verónica Sánchez fue de las pocas que llevó escote. En este caso, palabra de honor en forma de corazón. Su diseño de gasa plisado en negro semitransparente nos pega más para una señora de mediana edad invitada a una boda. Nuevamente, en otro color el vestido hubiera sido más alegre y ella hubiera estado más favorecida.
Berta Collado, que debió de pasar por el photocall de camino a casa, paró para posar con su atuendo de lo más informal y, creemos, inapropiado. Con vaqueros, una camiseta blanca y una cazadora color celeste, fue de lo más corriente.
Y si hemos estado viendo que muchas de las asistentes, muy jóvenes, eligieron tonos o diseños más propios para mujeres de más edad, también vemos el caso contrario. Ana Rodríguez, exmujer de Bono, se marcó un colorido vestido azul con un estampado naranja, posiblemente inspirado en el plumaje de un pavo real, con escote barco y manga francesa. Vemos demasiado llamativo este estampado. De hecho, simplemente con quitarle esos dibujos naranjas creemos que el vestido sería perfecto.
Por último, Amelia Bono fue con una especie de vestido-camisola blanca, de Dolores Promesas, que consideramos, para resumir, demasiado tapado por arriba (escote cerrado, manga larga), y demasiado destapado por abajo (demasiado corto). A unas piernas tan fuertes les sienta mejor un poquito más de largo, en nuestra opinión. Cambiando esto y poniéndole algún detalle tipo cinturón o broche algo colorido, pensamos que este estilismo hubiera mejorado bastante.
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